¿Te dijeron alguna vez ‘no te hagas mala sangre’, ‘no te amargues que te vas a enfermar’ o ‘el que se enoja, pierde’?
Bueno… ¡spoiler! No era solo un consejo de tía ni una frase de meme: la ciencia lo confirma. El enojo mal gestionado no solo te arruina el día: te puede arruinar la salud.
Hoy vamos a ver por qué no es solo ‘mala onda’ o ‘carácter fuerte’, sino algo que se imprime en tu cuerpo, sobre todo en tu corazón.
Y, spoiler dos: no es que no te podés enojar… ¡es que no te podés quedar a vivir ahí!